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¿Más inteligentes las ratas que los humanos?

En el mundo de los negocios de hoy, en el desarrollo de nuestras actividades personales y sociales lo único que podemos visualizar como cierto es que existe un alto grado de incertidumbre en ruta al futuro y lo único que podemos asegurar es que todo está dominado por el cambio.

Desgraciadamente, la realidad anterior no es aceptada por muchos, causando esta “miopía” al cambio, efectos negativos en el desarrollo de los negocios y de nuestras vidas personales.

Este libro, aunque no sé si podemos catalogarlos como tai, se ha convertido en un “best seller”, tal vez más por el concepto metafórico del enfoque del cambio, que por lo que dice y su contenido.

Aún así, el enfoque metafórico del cambio establece unas premisas que las ratas, por no pensar, están más equipadas que los humanos, quienes tienen la tendencia a resistir el cambio y preferir mantenerse dentro de una zona de comodidad. Esto, como dice mi admirado colega Ulises Pabón, la resistencia al cambio es una cosa, pero implicar que nuestro mecanismo cognitivo es, por diseño, pobre en manejar cambio, es incorrecto en términos epistemológicos (una rama de la filosofía, la naturaleza y los límites del conocimiento humano).

El “libro” narra la historia de cuatro caracteres quienes viven en un laberinto, dos son ratones: Sniff y Scurry, y los otros: Hem y Haw, personificando dos humanos de igual estatura que Sniff y Scurry.

El queso es una metáfora de lo que tú deseas tener en la vida, mientras que el laberinto simboliza las organizaciones, las comunidades, la familia que te rodea.

La historia es la búsqueda de más queso, cuando el inventario del mismo (área de comunidad),  se agota y los ratones por instinto encuentran nuevas cantidades de queso en el laberinto, mientras que los humanos se resisten a reconocer que “el queso”  se acabó y deben romper su inercia, en búsqueda de más queso.

Finalmente, uno de los humanos decide  buscar más queso, se enfrenta al cambio y escribe en las paredes del laberinto lo que aprendió de su odisea en el proceso del cambio.

Ante la duda de cómo un libro de 94 páginas, que puede leerse en una hora, se ha convertido en un “best seller” sobre todo cuando existen excelentes libros relacionados con las teorías de cambio; mi incredulidad me obligó a hablar con diferentes personas que han leído el libro y todos nos manifestaron su preferencia por lo simple que el autor logra llevar el mensaje.

Esto me lleva a pensar que tal vez el mensaje va orientado a la gerencia que muchas veces usando términos como “optimización”, “cambios de culturas organizacionales”, no podemos transmitir el mensaje. Por tanto, usemos una metodología y lenguaje más sencillo, para lograr llegar a los diferentes niveles de la organización.

O sea, la aceptación del libro está en lo básico, en lo sencillo, sin intrigas ni provocaciones, o sea, informa sin intimidar.

Ahora bien, como dijo Einstein “debemos hacer las cosas simples, pero no convertirlas en simplezas”, lo dijo Jack Welch, al enfatizar “debemos convertir los procesos de General Electric en algo simple, pero nunca confundirlos con la simpleza”.

Y creo, que muchos que han leído el libro, lo aceptan por lo simple de su mensaje, otros, lo consideran una simpleza.

Lea el libro y sea su propio juez.

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