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Una visita al Continente Invisible

Kenichi Ohmae es una de las figuras más prestigiosas en términos de conocimiento de la ciencia general. Es el autor de varios libros, uno de ellos criticado en esta columna, y hoy nos deleita con un excelente tratado relacionado con la globalización, las nuevas realidades de una economía entrelazada  y sobre todo con el impacto de la misma en los gobiernos, la sociedad y los individuos en términos de futuro.

El autor nos describe un nuevo continente, llamado el Continente Invisible, el cual opera en el interior de nuestras mentes, careciendo del espacio físico que hoy conocemos como tierra.

El autor define este mundo dentro de cuatro dimensiones. La primera es la dimensión visible, que es el mundo actual de los mejores negocios, donde el valor de las compañías se define en términos de su valor presente y la forma de hacer negocios se concentra en los paradigmas que todos conocemos como convencionales.

La segunda dimensión es denominada la dimensión sin fronteras relacionadas con un mundo integrado, sin consideración a las fronteras de las naciones, lo cual fue  discutido con gran profundidad por el autor en su libro “The Borderless World”.

La tercera dimensión es la cibernética, que encierra el impacto de las comunicaciones, los teléfonos celulares y la amplitud de las bandas de comunicaciones en la creación de redes organizacionales y la revolución creada por Internet en todos los campos del conocimiento, la sociedad y los gobiernos.

La última dimensión es conocida por el efecto multiplicador y cómo éste ha afectado el valor en el mercado de compañías como Amazon, Cisco y Microsoft.

El autor discute y define el concepto de “las plataformas”, fuerzas poderosas, para impulsarnos hacia un continente invisible, señalando entre ellas al inglés, hoy el idioma de Internet, que unida a la fortaleza del dólar son dos plataformas sólidas en términos del crecimiento presente y el futuro de la economía americana.

Dentro de este mismo tema Ohmae, predice el efecto que en el futuro tendrá sobre la economía global la presencia del euro y el yen,  lo que añadirá nuevas variables a este juego de ajedrez global.

El libro, aunque corto, cubre una enorme variedad de conceptos, como la crisis económica de los países asiáticos y latinoamericanos, el papel de los gobiernos en la transición hacia un Continente Invisible.

Un punto importantísimo en esta transición, con la cual comulgo a plenitud, es la importancia de crear una visión de futuro para cada país, producto de deliberaciones de ciudadanos educados por sistemas que promueven la excelencia, lo cual requiere cambios profundos en los sistemas educacionales existentes.

La discusión de las medidas tomadas por los diferentes países en su desarrollo económico y social es extensa y las recomendaciones del autor para seleccionar la ruta apropiada tienen gran mérito en términos de beneficios para los líderes de las naciones, las cuales invito a digerir este libro y beneficiarse de su contenido.

El autor, obviamente, enfatiza la situación de Japón, su país de origen, lo cual para muchos puede ser repetitivo, pero creo que el conocimiento de las particularidades de esta gran nación añade un gran valor al contexto del libro. Un excelente libro, tal vez para muchos futurista, pero sin lugar a dudas una verdadera cátedra para todos los que siguen conceptualizando el mundo en un marco de referencia del siglo XVIII.

Recomiendo su lectura pero más que nada repito la importancia de interiorizar un comentario del autor: “Cuidado con los países pobres que quieran vivir como ricos”, pero más que nada, la importancia de crear visiones que inspiren el desarrollo económico y social de las naciones.

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