En los últimos años hemos leído innumerables artículos y libros relacionados con la nueva economía. La misma es también conocida como la economía de la informática del conocimiento, acelerada por la tecnología, siendo la autopista de información el motor que ha incrementado vertiginosamente su crecimiento. Todos estamos familiarizados con las compañías llamadas “Godzilas” vertiginoso crecimiento en términos de su valor en el mercado, entre las que podemos citar a Ebay, Amazon.com, Cisco y otras.

La mayoría de los autores coinciden en que la industria del “puntocom”crece vertiginosamente sin enfrentarse a la semilla de la destrucción. He cuestionado este comentario basándome en que estas empresas son jóvenes, incipientes, medidas por reglas y parámetros no adecuados, y que el tiempo será el mejor testigo de crisis futuras en la evolución de las mismas

Hoy, Michael J. Mandel un reputado economista de la revista Business Week, nos presenta en esta excelente libro lo que él considera puede ser una crisis que causará una erosión al crecimiento de estas compañías, que afectará en forma negativa la conocida economía del conocimiento.

El autor reconoce la bonanza económica de los Estados Unidos como resultado de la economía del conocimiento. La misma ha reemplazado el ciclo de negocio tradicional de la “vieja economía” por un ciclo de tecnología, inspirado en la innovación y el riesgo, respaldado por un incremento del capital de riego, y el mercado de valores solidificado  por nuevos inversionistas y los planes de ahorro como los 401 (k).

El autor describe en un lenguaje bien sencillo el comportamiento de esta nueva economía, discutiendo el capital de riesgo, la innovación propia del Valle de Silicón. Esto sin perder de perspectiva las medidas antiinflacionarias propias del sistema americano.

Al mismo tiempo, el autor nos advierte que la pérdida de ímpetu de este ciclo tecnológico unido a una disminución en la innovación y el riesgo causará desconfianza en los inversionistas y en los dueños del capital de riesgo, propiciando lo que él llama “la depresión de Internet”.

Los efectos de esta depresión, aunque son iguales a la de los años 20 y 30 debido a las salvaguardas del sistema americano, serán profundamente negativos en la nueva economía. Esto, en gran parte, como resultado de la globalización y la velocidad del capital financiero a través del mundo.

El autor también predice posibles soluciones a esta situación futura. Sugiere un enfoque modificado a las teorías de Keynes, que recomendada la intervención del Estado para dinamizar la economía, pero siempre manteniendo la innovación y el riesgo como factores preponderantes de los ciclos no lógicos.

El libro es sumamente sencillo y enfoca la problemática en una forma positiva y con solución. Es sorprendente cómo el autor puede  encapsular tanto material sólo 152 páginas con gran claridad y secuencia lógica.

Sin lugar a dudas el autor se beneficiará de todo el material de este libro y podrá entender muchos de los conceptos de la economía que hoy se encuentran en boga.

No puedo obviar una cita del autor al cerrar mis comentarios: “La nueva economía no es sencillamente productividad y mayores ingresos, grandes casas, preciosos carros, y computadoras más veloces. En realidad el alma de la nueva economía es el deseo, la habilidad de asumir riesgos en el ámbito personal y de la sociedad, persiguiendo crecimiento, innovación y cambio…”

¡Una excelente lectura!