Recientemente, en uno de mis viajes de negocios, mi compañero de viaje se entretenía leyendo, usando una pequeña cajita, un poco más grande que una »Palm Pilot». Resultó ser lo que ya conocía como un libro electrónico o »e Book».
Obviamente, al ser un »gadget» divertido, el vehículo de lectura despertó mi curiosidad y después de algunos tropiezos, pude adquirir uno por alrededor de $300 más los costos de envío, ya que la compañía Thomson Consumer Electronic, Inc., localizada en Indianápolis, Indiana, no embarca a Puerto Rico directamente.
Los libros electrónicos son unas pequeñas computadoras que le permiten al lector acceder una biblioteca electrónica que almacena una serie de libros que usted puede leer desde la pantalla de esa pequeña computadora, la cual rovee ajustes de luz y del tamaño de la letra.
Como todo equipo electrónico, se requiere leer las instrucciones y tener accesibilidad a una computadora para transmitir los textos desde la librería electrónica, la cual se accede a través de Internet usando una conexión USB que debe adquirirse.
Las especificaciones de la computadora demandan que posea »Windows 98» o »Windows 2000», un mínimo de 16MB de RAM, además de 10MB de disco duro, características más o menos estándares en cualquier computadora disponible a precios muy razonables.
Inicialmente, comencé mi libro electrónico bajando tres libros. En este momento me encuentro leyendo »The New Realities in Government and Politics/In Economics and Businees/In Society and Work View», escrito por Peter Druker en 1989.
Los libros normalmente se obtienen con un descuento similar a los que ofrece Amazon.com y se transfieren, en teoría, en cuestión de minutos.
La lectura se facilita con los aditamientos que la electrónica nos permite. Por ejemplo, existe la capacidad de subrayar, agregar notas, buscar significados de palabras en un diccionario, buscar y almacenar párrafos, y otros que aún no he podido probar. Por supuesto, no con la misma facilidad que lo hacemos con un libro convencional.
En mis inicios con mi »e Book» encontré algunas dificultades. Primero, la biblioteca de libros está limitada, en el número de títulos, lo cual es de esperarse, pero creo que esto se corregirá, según la demanda aunmente por los mismos. La segunda dificultad que experimenté fue que el portal de la biblioteca no está siempre disponible, lo cual me obligó a esperar de un día a otro en todos los casos para almacenar los libros en la memoria del »e Book».
Este problema de disponibilidad, aunque creo que debe corregirse con una mayor demanda por los libros, en realidad lo considero un aspecto negativo debido al tiempo que consume. Más que nada, considero que la librería electrónica no está cumpliendo con su promesa.
Aunque esta modalidad de lectura es novel, tiene un alto potencial de desarrollo. Pero sin lugar a dudas requiere la transformación de bloques mentales y nuevos hábitos de nuestra forma de leer. Para mí existe un beneficio inmediato, y es que en los viajes puedo reducir el número de libros que llevo conmigo, especialmente en el caso de vacaciones, aunque hay que tomar precauciones para recargar la batería, lo cual es un proceso simple.
Por otro lado, normalmente codifico los libros mercando el número de la página y usando una frase clave en la primera página en blanco cerca de la carátula del libro para referencia futura. Sin lugar a dudas, la capacidad de almacenar información me facilitará este sistema que he desarrollado y que me ha sido de gran utilidad.
Tal vez la mejor recomendación al lector es esperar un poco para aprovecharse del desarrollo futuro de esta aplicación y su probable reducción en costo, pero si es de interés del lector probar algo nuevo y al mismo tiempo adquirir nuevos conocimientos, esta es una gran oportunidad.
El autor es vicepresidente de Manufactura y gerente general de Electro Biology Inc.